lunes, 20 de octubre de 2008

wake me up and smell the carcass...



Prognathous gears grind
So diligent and serrated they mesh
Toothed cogs churn
So trechant, against soft flesh
Worked to the bone
Up to the hilt, depredated
Raw materialism
To stoke the furnaces
Toiling, rotting
Life slowly slips away
Consumed, inhumed
In this mechanized corruption line
By mincing machinery industrialised - pulped and pulverised
Enslaved to the grind

Blood, sweat, toil, tears
Arbeit macht frei/fleisch









El Circo Volador en un 16 de septiembre de 2008 se estremeció con la potencia de la vieja escuela del metal. Más que testosterona nueva incipientes calvos y gordos llenaron el lugar de Calzada de la Viga para presenciar, lo que hasta el momento ha sido, el mejor concierto del 2008.

Carcass regresó sin aspavientos de rockstars ni la falsa modestía de los legendarios que requisitan pleitesía; el concierto fue un dechado de entrega, con cojones, con la única intención de volarte los oidos, con la potencia de su ruido saca pús.

El lugar coreaba las letras de las canciones, y eso es un signo de la idolatría que todavía ejercen los ingleses sobre el público; cualquiera que se aviente la misión de recordar un par de versos de las letras de Carcass sabe lo difícil y absurdo de la misión.

También había caras de pubescentes que no sabían que decir cuando Walker preguntaba si alguien había estado en el Wacken de 2008, o en 1992 cuando tocaron en Tlalne.

Larga vida al metal, al deathmetal que no se deja morir.

Hubo chelas en bolsa, una fila larga, reencuentro con viejos amigos. Este concierto más que ser un un tour de reunión se erige como un acto de fe. Se convocaron viejos espiritus que reptan por los árboles que crecen a la orilla de un pantano hediondo en mitad de los Everglades (Sí, Florida es la cuna del Death Metal)Con la invocación de el alma de Ted Bundy y uno que otro truco vudú fue posible la vuelta a las andadas de este zombie llamado Carcass.

Una banda que después de la desgracia ocurrida al baterista Ken Owen era inimaginable poder volver a verlos. Esta noche su reemplazo fue Daniel Erlandsson actual baterista de Archenemy, en donde también toca Mike Amott.

Mi corazón se deshizo en octosilabos metalicos, herculeos; fue diseccionado en la turgente madriza del moshpit. Our flesh is to be b-eaten.

Describir bien a bien lo que pasó ahí es imposible para mí.

Cuando acabo el concierto mi novia, (she was there too :), and she is tough, and aye, she rules!!!) me preguntó si había sido lo que yo esperaba (aunque haya quejas sobre t playlist nadie puede ponerse muy mamuco cuando tocaron Inpropagation, Carnal Forge, Buried Dreams, Tools of the Trade, Corporal Jigsore, No Love Lost, Keep'n'Rottin, Reek of Putrefaction, Edge of Darkness, This is Mortal Coil, Heartwork), el lugar estaba hasta las banderas, no de villamelones sino de pura banda esperando matear y chelear con Carcass,por lo que más allá de mi usual sequedad y lacónicas respuestas esta vez no podía juntar todas las emociones y apenas me salió un sí (quedo signo del deseoso que ha sido complacido y no necesita afirmar más)bien sepultado detrás de la gran sonrisa que tenía.

Toda la vida escuchando a estos hijoputas y más que Satie o los Stones que también están como pegados a mi dermis, puedo decir que sin saberlo: yo transpiro Carcass. A decir verdad del concierto recuerdo poco,y no es que esté senil; era tanta adrenalina y tan poca carne, tan poco cuerpo para contener la química, y con un continuo frotar de ojos paraba todo y quería corroborar la verdad de lo que veía como un niño incrédulo. Habían pasado 16 años y el muerto había vuelto a andar en México. Sonaron los acordes y el cadaver empezó a andar con "Inpropagation..." e "Incarnated Solvent Abuse" para rematar con la maquinaría rompemadres de "Heartwork": esta rola que tanto esperaba fue la última de la noche.

Con todo y chamarra en mano me metí a la máquina de hacer carne molida, "into the maelstrom". Todo quedó atrás, la noche guardaba en su seno carmesí de venas con sangre recién vertida y sostenía en los bordes de su vespertina boca al mundo entero a los cuatro cabrones de Carcass tocando para el monstruo hambriento. "Heartwork" finalmente con su silencio decapitó la noche

Gracias Ken, Daniel, Jeff, Mike y Bill. Salí sudando, hecho una piltrafa, como se vuelve después de la misión cumplida (thanx heaven there she was...we left the place) y todavía sin creerlo la línea 8 estación la viga con sus rumores de vendedores de tazas, playeras, y encendedores, me tragó el metro con el único fin de devolverme a la realidad de siempre, a la tibieza de la ciudad, a un cuerpo que rento y que vive en el DF, cosas tan lejanas de la inmediatez y certeza del moshpit...it was early, just left me gal n her place n i went back home stinking, putridly rotten to the core of bliss......

Carcass rules forever!!!
Keep'n' rotting!!

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