sábado, 24 de noviembre de 2007

Digamos que en ocasiones esperamos que el sol rompa la mitad de un cielo gris. Y es verdad; en diferentes momentos tan sólo queda eso o voltear la mirada con amargura. Dar la espalda nunca ha sido mi opción. Y aunque las esperanzas son pocas, y escaso el dinero para conseguir los boletos en la reventa ahí estaremos.

Hay un cantito que la Banda del Rojo ha incorporado al repertorio en esta temporada, y aunque me recuerda la adaptación que primero hicieron de “Por qué te vas”- los siempre detestables de la “mierdamental”- un par de líneas siguen flotando en mi cabeza “desde niño aprendí a defender este color”, y no hay una razón de trascendencia o profundidad intelectual o calidad literaria que pueda atribuir a ese estribillo, tan sólo me recuerda la primera vez en que asumí irle al Toluca. (antes ya había asistido al estadio e incluso había presenciado la gloriosa final con bronca y todo en que Toluca ganó la copa en el 88 a los Leones Negros de la UdeG) y digamos que aunque disfruté ese título no sentí lo mismo que en esa mañana a las once del día –sí, por si no lo sabe lector: los partidos en Toluca tenían el extraño horario de jugarse a las 11 del día- la diferencia sólo puedo hacerla plausible al comparar la conciencia con que puedes disfrutar una cerveza, el sexo, un concierto a los 12 años o a los 18 o a los 25, aunque es la misma actividad parece otra según lo antaño que te pones.

Pero ese día no necesitaba más a mi padre que me tomará de la mano, o que algún adulto aprobará con un gesto la elección que había hecho, irle al Toluca. Sólo a mí se me ocurría! Irle a un equipo que había flotado en la mediocridad por casi quince años, siempre de la media tabla para abajo, y en ocasiones casi coqueteando con el descenso. Si los ochentas son vistos como la década de los excesos, mi equipo era excesivamente gris, apático, en una década en que brillaban las melenas de Brailovsky, el ‘abuelo’ Cruz, el rockero Zuly Ledesma, y todos admiraban la velocidad de novatos como García Aspe, Servín y mirábamos los domingos a primeras horas los partidos de Hugo Sánchez, y nadie se perdía el Calcio. Sí, ese día decidí cargar conscientemente con el pasado reciente de mi equipo: durante 1974 y 1998 sólo ganamos un Torneo Copa, y el máximo ídolo por entonces era un jugador de regular a tronco llamado Washington Olivera

Curiosamente fue a un partido en que no pude entrar el estadio: Toluca vs Chivas, domingo 17 de septiembre de 1989, y aunque soy fan, aficionado, hincha, old firm,etc etc, un obseso e insano del fútbol recuerdo esa fecha no por el glorioso fútbol desplegado en el partido sino porque a la misma hora a unos cientos de kilómetros de la Bombonera sucedió la tragedia más grande que ha sufrido la familia de mi madre.

Ese día aprendí lo que era el fútbol, olor a comida, hijos corriendo de la mano de padres, abuelos, en brazos de su madre. Y también organizar tu vida alrededor de un calendario futbolístico. Pero más allá de eso, si alguien me pregunta que es lo que más me gusta: es voltear y ver las tribunas pintadas de rojo y el olor a césped recién cortado o regado. Si asistes a un estadio como La Bombonera en dónde estas a dos metros de la cancha sabes a que me refiero. No había barras, ni existía la perra breva y tan sólo se organizaba una porra en la zona de sombra con el Diablo Mayor. Tampoco será fácil olvidar a ese ‘brujo’ que llenaba de incienso el medio campo para cortar la mala racha. Tampoco la cantidad de granaperros y policías en el estadio y fuera de él que son ya tradicionales. Tampoco había transmisiones por televisión de todos los partidos como hoy en día.

Con el clásico sobrecupo de los estadios iniciaba una temporada más. La gente llegaba en grupos grandes, gente del Guadalajara, muchísima, estaba sorprendido de sentir de tal manera la cantidad de afición que tiene ese equipo. Mi madre me compró una pequeña bandera del Toluca y al poco rato mi padre regresaba de las taquillas con la noticia de que no había boletos. El día se completó con una comida en una lugar cercano al estadio, y el marcador fue 1-1. Años después de ese partido me doy cuenta que mi afición y dedicación al fútbol se definieron no en un partido en que vi a Maradona jugar en 1986, ni en la obtención de una final de copa, sino en aquél día en que no entré al estadio y gracias a un partido que no vi marqué distancia con la ascendencia Puma de mi padre y la del Guadalajara de mi madre. Y siguieron por lo menos otros diez años en que seguir a los diablos fue un sufrimiento –por momentos me preguntaba porque esa iluminación no me había pasado en otro estadio con otro equipo –con el nacionalismo de las Chivas, o el aburguesado humor de los americanistas, o el espíritu siempre rebelde de los Pumas, pero no, yo seguía a los diablos ( quienes viven en Toluca sabrán de ese programa “Siguiendo a los Diablos” que tenía Noel Cárdenas).

El partido contra Pumas de mañana 25 de noviembre también puede marcar otro precedente en la historia del Deportivo Toluca, también la mía. Se rumora la salida del presidente del club Rafael Lebrija, y con ello el fin de una era que tiene al menos 10 años en que se han conseguido 5 títulos, y se han disputado todas las liguillas a excepción de tres, y por si fuera poco se han jugado 7 finales.

También podría ser el último partido de Vicente Sánchez vistiendo la playera del rojo. Un jugador que admiro porque desde que llegó demostró tener amor al equipo, a la ciudad, a la afición. En la Bombonera lo hemos visto hacer de todo: un día antes de integrarse al Toluca su padre falleció, y en el primer partido que jugó con el Toluca anotó dos goles. Ha conseguido dos títulos con el Diablo Rojo. Su habilidad y forma de encarar y quitarse rivales le ha hecho ganarse a la afición, sin importar que a veces estaba a la sombra de un monstruo de la cancha como el Saturnino Cardozo. Ha pateado los espectaculares, ha dado decenas de piruetas, ha besado el escudo del club, y también ha sufrido sobre el césped, no es broma que corrió peligro su vida en un partido contra el Guadalajara cuando fue apretujado y golpeado por el arquero Talavera y el Maza.

Mañana se tiene que levantar el equipo de un 2-0 que parece pesadísimo. También en la final contra el Necaxa en el verano 98 se inventó el “sí se puede” cuando se necesitaban anotar cuatro goles. Mañana tampoco iba a asistir porque los boletos volaron, pero al fin encontré una entrada. Mañana no es que me importe mucho el rival, este es un partido que se juega encarando lo que ha sido la historia reciente del club. Es un juego contra nosotros mismos. También se marcará un antes y un después. Tras diez años de logros que ni los equipos llamados grandes han hecho, mañana se gané o pierda, parece que llegamos a un tour-de-force causado por la ruptura dueño- presidente y la inminente salida de algunos jugadores.

Gracias Vicente Sánchez por los goles y la alegría que has dejado para el Deportivo.







3 comentarios:

a. dijo...

Como siempre excelente, emotivo.
Muy a la Nick pero encantador. Solamente que el rival si importa, e importó.
Ayer mientras cenaba con el festejo y la ensoñación vi una de las escenas más emotivas que ha dado el fútbol. Para muchos pasó desapercibida; pero ver quebrarse a Lebrija ante su casi inminente salida confirma que aún existe amor a la camisa, que en nuestra fútil liga todavía se encuentra caballeros a los que enorgullece vencer.
Por alguna extraña razón el Diablo ocupa un lugar en mi corazón, seguramente por que fue al primer equipo que no fue los Pumas y venció al Águila. Cuando juegan por obvias razones –Uno es primero fan de su equipo y luego del Balón- apoyo a los Pumas pero ver jugar a Vicente es asombroso, se le extrañara-
Lastima por la derrota.
Creo que ya tengo para cenar…jaja

Administrador dijo...

Buenísimos los recuerdos de akel Toluca de los ochentas y principios de los noventa que muchos sufrimos...jaja. Saludos a los "jugadores" de aquella epoca de las bolsas del pan en la cara por la vergüenza.

La lista de mediocres/troncos es la siguiente:

J. J. Guerendaín, Domingo Savio Da Silva, Brandón, Sponton, Dabrowski y Sivinski, Venado Gutierrez, El troncazo Quique Olivera (era idolo!!!), Humoller, DePietri y los paseadores Corti y Blas Giunta (Este último idolazo en Boca), que vino a pasear al Toluca, jajaja el Poli Cortés, La "Yuri" , Pitufo Medizabal, Toño Alcántara, Alvaro Torres, Odelio Olmedo, El papá de Nery Castillo, No mano no!!! Enzo Trossero (cómo fuiste culero)...EN FIN TODOS UNOS TRONCAZOS!!!

Se salvan:

Juan Carlos Paz, Jorge Rodríguez, El picas Becerril y nada más.

Saludos de uno Toluco exiliado en la Patagonia Argentina...

Administrador dijo...

en fin...